Landscape Viewed from a Window – Henri Emile Benoit Matisse
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Cada día oímos que se presentan quejas sin fundamento que son tramitadas. Motivos como que se ha saludado a un compañero antes de la vista, han hecho al cliente pensar que el compañero no llevaría bien su caso y a acudido a presentar por ello una queja, que ha sido tramitada iniciándose un procedimiento sin ningún fundamento que cuestiona al abogado y le causa un perjuicio de forma injustificada.
Para que no se inicie ningún trámite frente al abogado si se considera que carece de fundamento desde el principio. Con el fin de que solo se cursen las que realmente puedan tener alguna relevancia. La deontología no puede ser un yugo para el abogado que realiza de buena fe su función, ni puede dar la posibilidad de someter al abogado a un cuestionamiento largo en el tiempo e innecesario salvo en los casos más graves.
No todo vale, y desde el ICAM se tramitarán las actuaciones que correspondan en defensa del abogado cuando sea agredido de cualquier forma por un cliente o cuando se le falte al respeto y a la consideración debida. Son una minoría los clientes que atentan contra su abogado pero sucede en ocasiones, por lo que hay que configurar una regulación que nos equipare a otros profesionales como los maestros o autoridades, y que nos ofrezca una protección real y acorde a las situaciones que se dan en cada caso.
En situaciones de gravedad, en el TO se podrá desistir del cliente si este muestra faltas de respeto hacia el abogado.
Limitaremos esta obligación impuesta por una norma de rango inferior a la ley de propiedad intelectual 1/96 de 12 de abril, que se agrava sobre todo en el ámbito del turno de oficio donde supone además, un aumento de las gestiones a realizar sin retribución alguna.
Un sobre esfuerzo que es contrario a la protección de los derechos de autor, que otorga la Ley de Propiedad Intelectual. Entendemos que el ejercicio por el cliente de su derecho a la información del procedimiento en cuestión se cumple con las explicaciones y documentos que el abogado en su libertad, quiera facilitar o entienda necesario hacerlo.
Todos conocemos casos que son inadmisibles por parte de los clientes con sus defensores, desde cuestionamientos de su profesionalidad hasta faltas claras de respeto y algunas incluso tipificadas.
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